Ángel Ramírez, nacido en La Habana en 1954, se destaca como uno de los artistas contemporáneos cubanos más innovadores. Su obra se caracteriza por la creación de un complejo entramado de lenguajes visuales que alcanzan una notable profundidad poética. A través de metáforas conceptuales, Ramírez logra combinar maestría técnica y agilidad creativa, permitiendo una transición fluida entre pintura, grabado (particularmente xilografía) y escultura, sin comprometer la esencia de sus contenidos.
El enfoque de Ramírez ante la realidad es incisivo y crítico. Extrae de la dureza y las tensiones del mundo contemporáneo la materia prima para sus narrativas cargadas de paradojas y simbolismos. Temas como las despedidas, el caos, la pérdida de identidad y las contradicciones humanas emergen en su obra con un tono que alterna entre el cinismo y la lucidez. Su trabajo desafía al espectador a reflexionar desde una postura de resistencia intelectual frente a las complejidades y absurdos de la vida moderna, confirmando su lugar como un creador comprometido con el arte y la crítica social.
