El arte de José Perdomo es una exquisita oda a la majestuosidad del paisaje cubano, una reflexión sobre la relación entre el ser humano y el entorno natural.
El arte de José Perdomo es una exquisita oda a la majestuosidad del paisaje cubano, una reflexión sobre la relación entre el ser humano y el entorno natural.
Una de las características distintivas de la obra de Antonio Guerrero es su capacidad para contar historias, sus composiciones están llenas de simbolismo y metáforas visuales.
Las obras del artista cubano Leonel Pérez Morejón se presentan con notable maestría, hacia un misterioso y evocador viaje de la luz interior.
La simplicidad es una de las cualidades de la obra de Carlos René Aguilera, el artista destila la esencia de sus temas, despojándolos de lo superfluo para resaltar lo simple y cotidiano.
Las pinturas de Friman se llenan de trazos expresivos, formas abstractas y capas de color que sugieren una amalgama de emociones y expresiones que invitan al espectador a un viaje introspectivo.
El arte religioso de Víctor Maden Morgan es un testimonio de la profunda devoción y espiritualidad arraigada en la cultura y tradiciones de Cuba.
Rubén Rodríguez es un artista que explorara la sensualidad y el erotismo femenino a través de su arte provocador y conmovedor. Reflexiona sobre la sexualidad, el deseo y la identidad femenina en la sociedad contemporánea.
Para Luis Castro ‘Ichy’ resulta casi imposible despojarse de su inmanencia náutica, nos sumerge en un viaje visual que explora la insularidad desde una perspectiva única.
Las obras abstractas de Richar Vico son un testimonio de la búsqueda incansable de significado y emoción a través de formas y colores en constante transformación.
Juan Rivero nos invitan a explorar un mundo de aparente ingenuidad que oculta capas profundas de significado y reflexión, nos desafía a mirar más allá de la superficie.
Las creaciones del dominicano Máximo Caminero nos sumergen en un viaje fascinante desde el caos pictórico hasta la degustación poética.
El hombre gregario, el poder omnipresente, la monumentalidad arquitectónica, la masividad extraviada, la búsqueda constante de un estado mejor y superior…
Ailen Maleta se ha dedicado a crear escenarios tomando los ambientes domésticos y los objetos que la circundan, como atrezo para narrarse y narrar su diario.
En la obra de Dionnys Matos se detecta una actitud contemplativa hacia los objetos, una paciencia de raigambre casi budista que lo lleva a observar cada una de sus partes.
CdeCuba Art Magazine No.30
Los lienzos de Jan Valdés se colman de situaciones y personajes conocidos, clásicos dentro de la historia del arte y la cultura universal que interactúan desde la parodia y la ironía.
La mirada de Desbel Álvarez se concentra en edificaciones del siglo XX, pero esa mirada se aleja de los días de inauguraciones y de su esplendor arquitectónico.
Eduardo Lozano ha insistido sobre la idea de que las imágenes que recrea no son representaciones religiosas directas, ellas están metamorfoseadas en su vida.
La ingenuidad con la que disfraza las imágenes, esconde profundas reflexiones en torno al hombre. Ese que ha de seguir redescubriéndose para dejar de ser sombra y convertirse en luz.
Yudel Francisco es un artista con una obra muy singular, la fuerza poética y estética de su pintura reinventa caprichosamente símbolos y herencias de la Historia del Arte.
El Malecón habanero es para Roberto González una constante en su obra con sentido metafórico. El muro puede traspasar las fronteras geográficas, políticas, ideológicas e imaginarias.
La creación de Oslendy Hernández consigue un corpus a partir de envolturas que van dejando cada una de las experiencias que pone en práctica (rituales, performances, ensambles).
La idea del viaje hacia un sitio indeterminado, traspasa los límites de la realidad y se establece como motivo que habita en el subconsciente colectivo.
La única certeza para Yunier Tamayo Sánchez en el proceso artístico estás ligado a su existencia, y lo lleva a la evolución de una obra multiforme y de gran factura.