En la obra de Williams Lezcano, la pintura se convierte en un constante viaje. Él utiliza el alquitrán como material y pigmento para realizar sus obras, obteniendo disimiles texturas.
    
    
    
    En la obra de Williams Lezcano, la pintura se convierte en un constante viaje. Él utiliza el alquitrán como material y pigmento para realizar sus obras, obteniendo disimiles texturas.
    
    La obra de Alejandro Có porta la ductilidad y la fluidez que acompaña a su generación. Transita de un objeto a otro sin esfuerzo, con soluciones que toma del pasado.
    
    Lo raro que percibe su cotidianeidad, aquello que considera insólito y que día a día le sigue impactando, encuentra en su obra un escenario ideal para su recreación.
    
    Evelyn Aguilar se empeña en recordarnos que sus trabajos parten de la experiencia intrínseca compartida con los otros: su familia, sus amigos, la ausencia de estos y los objetos.
    
    El retrato en blanco y negro toma nuevas formas en las manos de Jordan Rojas, quien es un artista autodidacta y ha dado gran importancia a la longevidad en su obra.
    
    Rolando Galindo en su obra establece una relación con la historiografía y su organicidad generando acervos documentales e investigativos, al cuestionar el concepto de autoría.
    
    Las creaciones de Yuri O’Hallorans son una fusión de sentimientos y empatías. El orgullo, la pasión e inteligencia se erigen en partes homólogas de una proximidad aparente.
    
    Olivia Torres parece estar en constante simbiosis con el lugar que habita, se ha tomado la labor de insuflarle vida al ISA con su serie que lleva por título «Microcosmos».
    
    La obra de Ángel Alonso encuentra su fundamento axiomático en la búsqueda de lo humano; es decir, en la acción-reacción del comportamiento del individuo.
    
    Harold Ramírez homenajea a los fallecidos, dibujando desde el mismo escenario, se introduce en la biografía de seres que dejaron de existir físicamente.
    
    Eldy Ortiz nos obliga a mirar la imagen incómoda, lo mismo en sus fotografías o performances, que en sus pinturas y dibujos. Ha encontrado un espacio prolífico para la expresión.
    
    Bernardo Valdés propone una pintura reflexiva, figurativa-relatora de cotidianidades comunes al ser humano, expuestas a la soberanía del cielo como metáfora de Dios.
    
    La obra de Ángel León Valiente ha mantenido siempre un interés por las emociones y conflictos personales, siempre ha estado presente su inquietud por el tiempo.
    
    Marlon Infante es un perfeccionista de la técnica, pretende ser un artífice meticuloso. Cuida del detalle, cada pincelada de óleo encuentra el lugar justo sobre el lienzo.
    
    La pintura de Alberto Hernández Reyes es un retiro y un gesto de reafirmación en el mundo. Consagrado al género del paisaje, parece delinear un viaje espiritual al interior del ser.
    
    
    
    CdeCuba Art Books 16
    
    CdeCuba Art Books 15
    
    El dibujo es la quintaesencia de la pintura, de la escultura y la arquitectura. Es la raíz de todo arte, y quien lo domina goza de un poder incalculable…
    
    Luis Antonio Espinosa Fruto nació en 1974 en Manzanillo (Cuba), se graduó en el Instituto Superior de Arte (ISA), La Habana, en 1997. Sus obras han sido expuestas en galerías, museos e instituciones de arte de todo el mundo. Notable dibujante y pintor, Antonio Espinosa está considerado como uno de los artistas cubanos más interesantes …
    
    Alberto Lorente parte del caos sin obsesionarse con la interpretación perfecta, libre de mitologías ideológicas: clona seres en sí mismos incompletos.
    
    Miriannys Montes de Oca ha reinterpretado en su obra la dualidad que se agita en nuestro interior, donde transitamos de un autorreconocimiento a un desdoblamiento exterior.
    
    La incertidumbre es un elemento recurrente en la producción de Ronald Vill, no se presencian declaraciones contundentes, se desvela lo necesario para levantar sospechas.
    
    Felipe Alarcón deja asomar a través de transparencias y veladuras en sus cuadros, imágenes de personajes históricos, intelectuales y artistas afrodescendientes.
    
    La pintura de Brian Sánchez es compulsiva e intensa, simula y trasviste los deseos más profundos, logra a través de ella atemporalidad, sobrecogimiento y pesadumbre.